Comienza esta historia con una mujer
que para ser princesa buscaba a un rey...
Y como rey no encontraba
a cuanto sapo cruzaba,
lo besaba...
Pues le habían enseñado
que si a un sapo besaba
en príncipe se transformaba...
Así que besaba sapos,
ranas, anuros, escuerzos...
Pero a pesar de tantos esfuerzos
ninguno se transformaba...
Basta de besar sapos,
dijo un día la muchacha,
ya estoy asqueada,
aquí no conseguiré nada...
Y dejando al último batracio en el estanque
marchóse buscando aguas más pobladas...
-Qué tranquilidad- dijo la rana- escapé de ser besada...
Y echándose a dormir
tranquilamente croaba
cuando otra mujer vio venir
y antes de que ella comenzara
con besarlo a insistir...
-Sólo soy una rana- le dijo-
no me voy a convertir...!
-Yo no quiero ni pretendo
a ningún sapo convertir
sólo quiero, si me dejas,
en el estanque dormir...
Y mientras ella dormía
el sapo desconfiado
desde lejos la veía...
Fue acercándose de a poco
lentamente hasta su boca
y acaso como al descuido,
sin quererlo, la besó...
La muchacha despertó
convertida en una rana...
Desde entonces croan juntos
toditas las mañanas...
Moraleja:
No todos los sapos son príncipes ni todas las mujeres son iguales... algunas prefieren croar con las ranas...!
Reina