Me dejó, como no, un verano. Me miró fijamente a los ojos, mientras un "somos demasiado diferentes"cambiaba el orden de mi mundo.
Hoy, mientras miro la última foto que le hice en la piscina, me doy cuenta de que llevaba razón: por mucho que le bese, yo no soy una princesa.
Ángeles Sánchez
Hoy, mientras miro la última foto que le hice en la piscina, me doy cuenta de que llevaba razón: por mucho que le bese, yo no soy una princesa.
Ángeles Sánchez
Fotografía de Xavier Santakiteria
Me gustó, el dejarse, como no, en verano...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Tal vez él tampoco se transformaría con el beso de una princesa.
ResponderEliminarO no es tan principe como se cree.
ResponderEliminarNo me permite entrar a comentar. Solo lo puedo hace como anónimo. Lo seguiré intentando en otra ocasión.
Enmascarado
Ángeles, muchas gracias por traer esta historia a la charca cuyo título me trajo recuerdos sabineros... aunque él cantaba que "los cuentos que yo cuento siempre acaban mal" jeje
ResponderEliminarsaludillos
croack, croack
Si Puck algo de sabinero tiene el título, jejej y las princesas que no lo son, como ese "ahora es demasiado tarde, princesa...".
ResponderEliminarEn fin, gracias a ti, por esta charca de letras,
croack