Todos los años el mismo deseo. Llegaba el verano y con él su cumpleaños. El anhelo en su mente, la tarta preparada, los carrillos hinchados. Se veía convertida en rana... Pero no sabía que soplaba la velas en contra del viento y el barco se iba, con su afán, en dirección contraria. Y la princesa lloraba...
Bicefalepena

Algunos deseos no se cumplen por mucho que lo deseemos...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Muy buena vuelta de tuerca.
ResponderEliminarPues como haya leído el micro acabas de desvelarle el truco, Bicefa.
ResponderEliminarEs de las mías... quiere convertirse en rana... sabe lo que es bueno... jaja
ResponderEliminarBicefa, mil gracias por celebrar este cumpleaños en la charca jeje
ResponderEliminarSaludillos
croack, croack