Con el tiempo, la rana que era un príncipe encantado, desarrolló gustos extraños. Y lo que es más importante, logró que ninguna de aquellas feas y babosas princesas le diese un beso.
Me encanta la ilustración, es uno de los príncipes ranas más simpáticos que me echado a la cara. Muchas gracias por hacerme un hueco en esta charca con tanta gente. Y sobre todo con tantas ranitas y tan buenas ancas, soy muy guapas. Creo que va a intentar ligárselas, ¿no le veis una mirada picarona? Eso es desde que está aquí.
Yo creo que esta rana prefiere los sapos. Je, je. Un beso.
ResponderEliminarJajajaja, estoy con Mar, si no sapos tal vez ranos...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Jejeje, muy simpático.
ResponderEliminarTal vez hoy pudiera encontrar a su príncipe de hecho.
Saludos.
Me encanta la ilustración, es uno de los príncipes ranas más simpáticos que me echado a la cara.
ResponderEliminarMuchas gracias por hacerme un hueco en esta charca con tanta gente. Y sobre todo con tantas ranitas y tan buenas ancas, soy muy guapas.
Creo que va a intentar ligárselas, ¿no le veis una mirada picarona? Eso es desde que está aquí.
Luisa, gracias por traer a tu príncipe rana a la charca :-)
ResponderEliminarA todos los demás, gracias por seguir ahí chapoteo tras chapoteo
croak, croak