¿Cómo romper el hechizo que me ataca, sin contagiar a quién se atreva a sanarme? Me remordería la conciencia que uno de mis besos de sapo condenara a una doncella a llevar una vida similar a la mía. Encontré la respuesta a mi dilema, cuando la vi llegar, saltando, hasta el borde de la laguna. Sin preámbulos, posé mis labios rugosos sobre su boca verdosa y amplia de rana. Tras un mágico destello, mi cuerpo recobró su antigua fisonomía humana y ella apareció, junto a mí, en forma de hermosa doncella. Desde entonces, nos encanta pasar largas horas juntos, liberando nuestras pasiones con besos fogosos; a veces, como ardientes amantes humanos, y algunas otras, como fríos anfibios del pastizal.
Martín Gardella
6 comentarios:
Qué suerte, eso de tener dos vías para dar rienda suelta al amor, debe ser todo un lujo.
Un saludo.
Cada día me gusta más como escribe el Sr. Gardella.
Un micro muy bueno, sin duda.
Un abrazo,
Qué bueno, siempre me sorprende que se puedan seguir dando vueltas sobre las ranas y los sapos y las historias de princesas. Martín además de la imaginación, tiene las palabras precisas.
Un abrazo
Muchas gracias Puck por dejar que mis ranas lleguen de nuevo hasta esta charca. Y muchas gracias a todos por sus comentarios tan generosos. Es un placer chapotear por aquí. Un abrazo!
No se aburrirán nunca...!!
Muy bueno...!!
Felicitaciones a Martín...!!!
Martín, es un placer tenerte por estos lares. Ya sabes que la charca está siempre abierta :-)
Gracias a todos por chapotear conmigo
saludillos
croak, croak
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