Sin duda, lo peor de ser un renacuajo era ser tratado como tal. Ya lo entenderás cuando seas mayor, le decían todos, pero él no podía creerlo. Las horas se le escapaban pensando qué extraño suceso podía ocurrirle para que algún día, inevitablemente, terminara soñando con el beso de una princesa.
Belén Lorenzo
Todas las palabras cuentan
Belén Lorenzo
Todas las palabras cuentan
3 comentarios:
Es ley de vida. Bonita historia.
Saludos
Belén, este renacuajo tendrá muchos amiguitos en la charca. Gracias.
Enmascarado, gracias por tus palabras que dan vida a estos lares
croak, croak
Pobre renacuajo, destino cruel el suyo
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