jueves, 27 de marzo de 2014

El poder del amor - Puck


Toda la corte espera con intriga la boda real, comenzando por el anciano monarca que cedió ante las explicaciones de su hija. Ella es una princesa de cuento. Él, un sapo de charca. Fue amor a primera vista pero, como nadie les entendía, la doncella inventó la leyenda del beso transformador.

Puck

jueves, 20 de marzo de 2014

Rana de Mar - Ana Vidal y Sara Lew

Foto: Rana de Mar 

Y el príncipe no besó a la rana, se dejó besar por ella, y así vivirían para siempre en la charca.
Felicidades ranita bonita, que seas muy muy feliz, que este año va a ser sonado. 
Abrazos a destajo

(Gracias a Sara Lew por la ilustración, copiada directamente de tu blog)

Y el príncipe no besó a la rana, se dejó besar por ella, y así vivirían para siempre en la charca.


Ana Vidal - Relatos de andar por casa
Sara Lew - Microrrelatos ilustrados

jueves, 13 de marzo de 2014

De ranas - Ginette Gilart


En la charca, cerca de la casa de la bruja, las ranas vivían felices. De vez en cuando, eso sí, desaparecía algún sapo que inevitablemente acababa en una olla como ingrediente de un cierto mejunje. Hasta que un buen día llegó su nieta, una aprendiz de bruja, un poco mandona, caprichosa y muy consentida por su abuela.
A partir de entonces, empezaron a desaparecer los animalillos del bosque; en su lugar surgían esperpentos, a cada cuales más terribles. La niña iba por allí ensayando sus conjuros sin preocuparse de los resultados.

Las ranas temblaban y se refugiaban entre las hierbas altas o bien en lo más profundo del estanque, pues encontrándose tan cerca de la vivienda eran muchas veces el punto de mira de la tremenda niña. De hecho a dos ranas que se atrevieron a saltar fuera para mudarse de charca las pilló transformándolas una en un tope de puerta de plástico duro y la otra en una pinza para notas de madera. Las dos monísimas, pero claro, ya no era lo mismo.

Ginette Gilart

jueves, 6 de marzo de 2014

El sapo - Saul Ibargoyen



 Dicen que es el corazón
que las brujas
sacrificadas en la hoguera 
vomitan al morir
para poblar la Tierra.

Saúl Ibargoyen, Bichario