El día grande de las fiestas San Guijuelo comenzaba a despuntar, se cumplía aniversario de la fundación de la Charca de las ranas y de muchos lugares venían a participar, hasta de Charcaña se iban a esperar.
A tal celebración acudían tantos, que se hacía escaso el hospedaje, pero como el tiempo ayudaba, el día no daba para dormir con tantas atractivas propuestas.
Sin más, todo era puro jolgorio, juerga y canturreo y lejos quedaban los problemas y las cosas serias. Era un día de lujo, por y para la celebración, y desde muy temprano los puestos ambulantes exhibían todo tipo de alhajas, suvenires y viandas típicas de la comarca.
La más guapa ya estaba elegida, y junto a Puck, la “mandamasa” general, animaba a todos a la buena celebración.
Los menos pudientes, se ambientaban con lo que podían y quien se lo podía permitir, no escatimaba en el rico manjar del lugar. Su olor estaba en el aire y aunque escaso, todo el mundo aspiraba a merendar.
Y es que…al precio del mosquito autóctono quién podía llegar.
MORALEJA:
Disfruta del la Charca mientras la vida te deja,
si esperas solo por el beso de una princesa,
es posible que termines ilesa,
pero seguro que igual de vieja y pelleja.
Enmascarado