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jueves, 8 de marzo de 2012

Mal tiempo - Escarcha


La mujer enorme logra encajar entre las dos rocas puntiagudas. Se acomoda el vestido tironeándolo hasta que el hombrecito grisaceo le extiende la mano y se lo pide.
Duda. Pero la belleza lo vale.
Se levanta entre quejidos y bamboleos, mira hacia todos lados, se lo saca y lo entrega.
Nuevo esfuerzo para entrar en el hueco entre las rocas. Escucha con atención la voz ronca y obedece.
Levanta los brazos, cruza las piernas pudorosa, cierra los ojos y aprieta con los dientes un mordillo hecho con hojas frescas que le acomodan en la boca. Hay un relleno de ramas en la nuca por si el tratamiento es demasiado y pierde la conciencia.
Ha sido advertida de todo esto, pero la belleza lo vale.
Se acercan dos sapos escuálidos, abren la boca en un ángulo llano y se adosan a los costados del enorme vientre y comienzan a succionar.
El grisaceo se rasca la barbilla mientras se limpia la baba que le escurre, disimuladamente.
Es tiempo de hambruna... mal tiempo.
Los resultados comienzan a ser notorios a los 3 minutos, ya logra ver su antigua figura perdida en la masa amorfa de grasa, goza con la transformación.
-Basta- intenta vocalizar por entre las ramas que tiene en la boca.
Los sapos enormes y gordos siguen con su tarea.
Escupe el mordillo y grita "Basta"
El grisaceo mira hacia la tierra, patea piedritas inquieto, incómodo. No estaba en sus planes, pero son malos tiempos. Los sapos lo miran de soslayo con los ojos a punto de reventar, esperando alguna señal.
-Basta-grita la mujer esquelética intentando sacar las ventosas de sus costillas.
El grisaceo retrocede de espaldas y se sienta en un promontorio, no levanta la mirada hasta escuchar el crujido de huesos. Regresa, levanta como puede los sapos y se los lleva, babeándose mientras los toca.
Es tiempo de hambruna... ¡mal tiempo para liposucciones naturistas!


Escarcha
Sombras