Llamó por él durante toda la noche, a gritos, pero el príncipe no regresó, y la rana saltó a la charca, rota en llanto, porque el día había llegado, alguien le había besado y su sapo de tantos años no volvería jamás
Espido Freire
Cuentos malvados.
Ed. Páginas de espuma
Espido Freire
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