“No sé qué le pasa a esta niña, doctor. Desde hace dos días tiene un sarpullido muy raro alrededor de la boca…” Marta se deja examinar a regañadientes, impaciente por volver a su habitación. Poco antes de salir ha dejado a buen recaudo a su príncipe encantado. Duerme en un lecho real que ella misma ha confeccionado con los más finos tules sacados de los mejores vestidos de sus Barbies. Dentro de su caja de zapatos preferida, la rosa con estrellitas. Poco le importa que sus amigas se rían de ella, que ya no jueguen con muñecas y que no crean en la magia. Mucho mejor, porque así ninguna se dio cuenta cuando lo encontró despatarrado en su bandeja del laboratorio y tampoco se fijaron cuando decidió rescatarlo dejándolo caer en su mochila.
Esta noche volverá a besarle, segura de que el sortilegio desaparecerá finalmente. Y en cuanto eso ocurra le invitará a su cama. Podrá disfrutar ella sola de un auténtico príncipe azul, aunque ahora sea de color verde y esté más tieso que un palo.
Sara NY
Palabras Preci(o)sas
Esta noche volverá a besarle, segura de que el sortilegio desaparecerá finalmente. Y en cuanto eso ocurra le invitará a su cama. Podrá disfrutar ella sola de un auténtico príncipe azul, aunque ahora sea de color verde y esté más tieso que un palo.
Sara NY
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