jueves, 29 de agosto de 2013

Risas y Leyendas - Ángeles Sánchez



Tras sucumbir al hechizo fue encerrada en las mazmorras, en una pequeña urna de cristal, donde, según cuenta la leyenda, se hubiera ido desecando poco a poco de no ser por las visitas de sus fervientes devotas. Con sus pequeñas reliquias vestidas de marfil, su boca llena de encías viudas y en su cuerpito la pose de un salto ficticio, las damas de la corte descendían, siempre esperanzadas, a entregarle sus lamentos.
Y así, a Santa Rana de las Todas las Risas, primero mártir de los besos que no se dieron, luego santa de buñuelos y cosquillas, nunca le faltó agua para su charca gracias al milagro de mostrar, a cambio de una minúscula lágrima, al sapo que todo hombre lleva dentro.

Imagen y texto: Ángeles Sánchez

 

2 comentarios:

Anita Dinamita dijo...

Ay, qué chulo!!! Y ese final es genial.
Besazos a las dos ranas de hoy :)

Rosa dijo...

jejejej, qué bueno ángeles!!! Gracias Puck, por compartir ;)
Besos desde el aire