Todos los años el mismo deseo. Llegaba el verano y con él su cumpleaños. El anhelo en su mente, la tarta preparada, los carrillos hinchados. Se veía convertida en rana... Pero no sabía que soplaba la velas en contra del viento y el barco se iba, con su afán, en dirección contraria. Y la princesa lloraba...
Bicefalepena
5 comentarios:
Algunos deseos no se cumplen por mucho que lo deseemos...
Besos desde el aire
Muy buena vuelta de tuerca.
Pues como haya leído el micro acabas de desvelarle el truco, Bicefa.
Es de las mías... quiere convertirse en rana... sabe lo que es bueno... jaja
Bicefa, mil gracias por celebrar este cumpleaños en la charca jeje
Saludillos
croack, croack
Publicar un comentario