El príncipe sobre el que pesaba la maldición se apretó contra las demás ranas intentando pasar desapercibido. No tenía ninguna intención de dejar que aquella princesa le besara, rompiera el hechizo y vivieran felices para siempre.
Eso sí, si alguna vez se acercara a la charca algún bello príncipe…
Yolanda González Mesa
Tinta al sol
Eso sí, si alguna vez se acercara a la charca algún bello príncipe…
Yolanda González Mesa
Tinta al sol
7 comentarios:
Jajaja Una reinona esta rana.
Besos desde el aire
Me gusta esa rana, me encanta esa capacidad de elección con que la has dotado.
Un saludo
Muchas gracias por compartir mi micro en tu blog.
Un abrazo.
!!!!Que terrible!!!
Ya hasta con las ranas tenemos competencia con los gays.... ¿Dónde vamos a buscar? si ya ni en las charcas hay príncipes encantados para nosotras.... Me podría hacer lesbi...pero la verdad a mi me gustan los tíos.
Jeje
Un principe limitadito y con pocas aspiraciones.
Se pueden tener principios, pero si no se camina, se queda uno en eso, en el principio.
Saludos.
Yolanda, gracias por esta rana que chapotea libremente en la charca, que elija a quien quiera, por supuesto :-)
Y gracias a todos por comentar libremente en cada nenúfar de esta charca.
croak, croak
No es cuestión de besar a cualquiera porque sí... cada uno hace sus elecciones... :)
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