Esa rana que entró por la ventana y, se quedó, la he visto salir del cajón del escritorio y hacer piruetas entre las tablas, sale, se asoma, se posa y reposa debajo de la luz. ¿Sabes?, como una mariposa, verde con ojos grandes y vivarachos, grandes pero no tanto como una osa. Sí, tan avispados como los tuyos…Y sube y baja hasta el escritorio y deja sus huellas de anca sobre el teclado, desde donde hoy, escribo este cuento que te cuento. Qué, me invento para contarte sentada en la mecedora con la toquilla que cubre mis hombros…Y, no suelta nunca a su cría que lleva sobre el lomo. ¿Sabes? Tú me dirás: ¿las ranas tienen lomo, abuela?
Fotos y texto de Cabopá
AyMaricarmen
3 comentarios:
Qué bonito cuento, Cabopá. No me extraña que Puck haya adoptado a la pareja de ranitas sin pensárselo 2 veces.
Besos a las dos (Cabopá y Puck), a las ranas ya no.
Amparo M.A.
Bonita historia para contar a los nietos, así al menos sienten la alegría de saber que las ranitas adoptadas por Puck están felices en la charca.
Besitos a ambas. Un guiño para las ranas.
¡Anda que ilusión estar por aquí!
Ando un poco perdida, no tengo tiempo de ná... Y debo muchas, muchas visitas.
Gracias amiga,
Besicos
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