Abandonado a su suerte en una roca desnuda antes de llegar al medio del río, el furibundo escorpión aún tuvo que escuchar a la rana que, burlona, le gritaba desde la orilla: “¡Y agradece que no esté en mi naturaleza que te ahogues!”
Mónica Ortelli
1 comentario:
Muchas gracias Puck por traer mi rana hasta tu charca.
Un abrazo.
Publicar un comentario