Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura, en el quinto aniversario de su entrada en coma, cuando ya nadie lo visitaba, se despertó de repente, la miró contrariado, y, después de un sonoro eructo casi eterno, se convirtió en Sapo, dejándola sumida en una depresión incurable.
3 comentarios:
Me gusta esta historia al revés de David. Me gusta mucho.
Un abrazo,
Juas, qué bueno!!!
Besos desde el aire
Gracias Pedro, con esa frasecita de ReC fue lo que salió.
Un abrazo.
Gracias, Rosa.
Besos.
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