
De noche, cuando las ranas se retiran a la orilla para intercambiar anécdotas y mentir sobre el tamaño de las libélulas capturadas, alguna termina sacando siempre la leyenda del escorpión, y las demás asienten convencidas, porque a ellas no les pasará jamás, porque son más listas, porque tienen buena memoria y porque saben de sobra que los escorpiones son los padres.
3 comentarios:
Me encantan estas ranas tan humanas, el tamaño de las libélulas y la leyenda de los escorpiones.
Estupendo micro!
Abrazos a los dos
Eres un amor, polilla ;-)
Jesús, un placer tenerte por aquí, y con los comentarios de Anita pues, qué decir, cuando queráis nos tomamos una ración de bichillos en la charca croak, croak
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